Si algo tenemos claro en Las Moradas es la importancia del terroir y su reflejo en los vinos que elaboramos con nuestras variedades autóctonas: la garnacha y el albillo real. Elaboraciones poco intervencionistas y de máximo respeto por el entorno, mediante prácticas ecológicas, que buscan ser capaces de reflejar la singularidad de esta zona. Y es que los suelos graníticos que rodean nuestra bodega son ideales para el cultivo de la garnacha tinta, dando como resultados vinos de calidad y con personalidad propia. Hoy descubrimos una de las parcelas más icónicas y que mejor ha envejecido en el tiempo, la parcela ’La Centenera’, base para la elaboración de nuestro vino tinto más exclusivo: LAS LUCES.
Una parcela de más de 100 años de antigüedad, que se reflejan en el vino
Plantada en 1908, ‘La Centenera’ es una de las parcelas más antiguas de Las Moradas, que cuenta con una superficie de 3,25 hectáreas. También conocida parcela ‘La Centenaria‘, como su propio nombre indica, este es el hogar de garnachas con más de 100 años de antigüedad, que destacan por su altísima calidad. Situada en un altiplano de montaña en la vertiente madrileña de la sierra de Gredos, la parcela ’La Centenera‘ se encuentra a casi 900 metros de altura, beneficiándose de los vientos del noroeste, y está asentada sobre suelos graníticos, arenosos de arcosas e ígneas con mucho afloramiento rocoso. “Esta arena suelta permite a las raíces de nuestras garnachas profundizar a más de 2,5-3 metros para buscar agua y mantener su calidad en los meses más secos del verano, acostumbrada al secano tradicional”, explica Isabel Galindo, nuestra directora técnica y enóloga.
Su desarrollo sobre suelos de arena y rocas de granito puro, en vaso y secano (que es como se trabajaba entonces) hace que su producción sea baja, pero con una calidad excepcional, con una sobriedad, mineralidad y frescura única con esta variedad.
Y es que la vid es una planta de secano que tiene la capacidad de desarrollarse en este tipo de situaciones, por esose decidió sembrar las cepas ahí, en lugar de cereales o leguminosas, como suele ser habitual en la zona. Esta parcela también tiene cepas salpicadas de albillo real, que fueron utilizadas como material para injertar en otras cepas. Antiguamente, había intercaladas en algunas zonas almendros que, con el paso del tiempo se fueron secando, y que se decidió replantar recientemente, manteniendo nuestra filosofía por mantener la flora autóctona.
Otra peculiaridad de este terreno es que en pleno viñedo se levanta una ruina de una antigua caseta de aperos, considerada una joya de la finca, por ser uno de los motivos por los que se empezó a probar a plantar en estos maravillosos viñedos.
Hogar de nuestro vino tinto más exclusivo: Las Luces.
Aquí es donde comienza la elaboración de nuestro vino tinto más exclusivo LAS LUCES, un vino que solo se elabora en aquellas añadas excepcionales que lo permiten. Y es que este terroir tan único proporciona la esencia de Las Moradas: materia prima excelente, con impecable acidez, buena maduración y gran equilibrio y estado sanitario, que nos da un vino único, de alta calidad y personalidad, que envejece muy elegantemente en el tiempo.
Y así es LAS LUCES. LIBRO DIECIOCHO, que ha salido al mercado recientemente. Un vino de garnacha tinta 100% ECO y vegano del que solamente existen 3. 151 botellas, y que plasma a la perfección el terroir y la esencia de la garnacha de más de 100 años, de la forma más natural y respetuosa posible. Un vino de excelente acidez natural que refleja esta añada, y que permite su lenta evolución en botella, con mucha vida por delante. Hasta la fecha esta es la quinta añada que ha visto LAS LUCES.
La añada, la 2018, se recordará como un año de retos y contrastes. “Comenzó con un otoño cálido y seco, seguido de un invierno típico de nuestro clima mediterráneo continental donde, además de frío y lluvia, el viñedo se vio envuelto en nieve”, explica Galindo. Por su parte, la primavera fue inusualmente fría, e incluso se vivieron dos granizadas significativas que dañaron pámpanos y racimos antes de la floración, provocando rebrotes y una maduración diferenciada entre los racimos principales y secundarios. Finalmente, el verano fue suave y, a pesar de las roturas y las lluvias, los vientos del noroeste evitaron la aparición de enfermedades.
De este modo, la garnacha engordó en el último momento, alzando mucho los rendimientos, y a su vez manteniendo una excelente maduración. Estas características nos han permitido elaborar vinos muy redondos y aromáticos, consolidándose como una cosecha de gran calidad, en una añada que superó con creces nuestras expectativas. Así, obtenemos un vino elegante y equilibrado. Un tinto amplio, untuoso, con esa mineralidad típica de la uva en secano cultivada sobre sus suelos graníticos y rocosos, y ese final ligeramente amargo y de suave tanino propio de la garnacha. Un vino de autor, como también refleja su etiqueta, con un relato original de Espido Freire para Las Moradas.
Si quieres probar LAS LUCES o cualquiera de nuestros vinos, ven a visitar Las Moradas de San Martín, al pie de la sierra de Gredos, o accede a nuestra tienda online y recibe tus favoritos a domicilio con envío gratuito. ¡Y disfruta del albillo real y la garnacha tinta!