Cuando se acerca la Navidad, en la bodega empezamos a notar un pequeño cambio en el ambiente. No solo baja la temperatura en los viñedos de Las Moradas de San Martín, sino que también despierta ese impulso de compartir, de abrir botellas especiales y de atrevernos con platos que quizá nunca haríamos en otra época del año. Es como si la mesa invitara a la creatividad. Y los vinos, claro, también. Te dejamos unos maridajes originales para esta Navidad con la que sorprender a tus invitados en las comidas y cenas de fiestas.
En estas fechas siempre hablamos de los grandes clásicos: cordero, cardo, turrones…, pero este año nos apetecía algo diferente. En Las Moradas trabajamos con variedades que no necesitan demostrar su carácter. Precisamente por esa autenticidad, estos vinos se prestan a jugar con maridajes inesperados, de esos que sorprenden sin perder armonía.
Vinos de Las Moradas y sus maridajes sorprendentes
Uno de los ejemplos más bonitos ocurre cuando una copa de Albillo Real ECO 2024 acompaña un tartar de salmón ligeramente cítrico. No es el maridaje navideño que suele venirse a la cabeza, pero hay algo en la textura untuosa del vino, en su profundidad mineral y en esa frescura algo floral que encaja con elegancia con el salmón. El resultado es un comienzo de cena suave y luminoso, antes de seguir con los platos principales. Puede ser el inicio o incluso el cierre de una comida o cena, acompañando clásicos turrones a base de yema o almendras.

Si la noche pide algo más complejo, Ensayo ECO 2021, nuestro albillo real más exclusivo, abre un camino distinto. Su madurez en boca y sus notas de flores blancas, membrillo y frutos secos piden un plato con alma, una gran combinación sería con un bacalao confitado o unos langostinos a la plancha que dejan ese aroma dulce y salino. Y, curiosamente, funciona incluso con algunos postres cremosos a base de vainilla y especias, siempre que la dulzura sea contenida.
Para continuar la comida, la garnacha suele ser la mejor compañera. Senda ECO 2022 conserva una frescura juguetona, perfecta para encuentros informales dentro de un ambiente festivo. Un maridaje que siempre sorprende es el canelón de setas y trufa. La cremosidad del relleno, la profundidad aromática de las setas y ese toque irresistible de trufa encuentran en la ligereza frutal de Senda un contrapunto lleno de energía. El vino aligera el plato, lo vuelve más vivo y envuelve la trufa en una armonía inesperada que suele despertar miradas cómplices en la mesa.
Cuando las celebraciones y los platos se vuelven más serios, Initio ECO 2019 se convierte en una pieza central. Su estructura, su elegancia mineral y esa sensación de estar bebiendo paisaje hacen que unas carrilleras de cerdo al vino tinto se vuelvan aún más profundas. La untuosidad y la intensidad del guiso se equilibran con los taninos y la fruta madura del vino, creando un maridaje cálido y envolvente que transforma cada bocado en un momento muy sabroso.
Otra opción que despierta la curiosidad es La Sabina ECO 2018. De carácter directo, honesto, de monte bajo y fruta roja natural, combina de maravilla con platos muy humildes y sabrosos. Imagina unas patatas revolconas calientes, humeantes, en una casa fría de invierno. O una oreja crujiente, un plato que quizá nadie esperaría ver en una cena navideña, pero que con un vino tan auténtico cobra un sentido inesperado. Hay algo profundamente humano en esa unión de sencillez y terroir.
Y para cerrar la velada con un toque inesperado, nada mejor que Las Luces. Libro Dieciocho ECO. Su elegancia y complejidad invitan a atreverse con un maridaje poco convencional. Unas costillas de ternera ahumadas con especias suaves. La potencia del ahumado y la jugosidad de la carne se equilibran con los taninos maduros y los matices balsámicos y de fruta negra del vino, creando un contraste sorprendente. Es un broche diferente para la cena, un guiño a la Navidad que mezcla tradición, creatividad y ese pequeño placer de descubrir sabores que no imaginábamos juntos.
La Navidad es un momento precioso para romper rutinas sin romper tradiciones. Para permitirnos probar combinaciones que no encajan en ninguna norma escrita. Los vinos ecológicos de Las Moradas, nacidos de cepas viejas y de suelos graníticos que respiran la sierra de Gredos, tienen una identidad tan marcada que permiten jugar sin miedo. Da igual si decides comenzar con albillo real y terminar con garnacha, o si te apetece mezclar pescado con tinto y postre con blanco. Lo importante es que la mesa cuente una historia.
Y brindar con algo auténtico siempre hace que la experiencia sea más especial. Quizá este año la magia esté en atreverse, en sorprender, en dejar que cada vino encuentre su compañero inesperado. A fin de cuentas, la Navidad también va de eso, de descubrir sabores que no sabíamos que necesitábamos, y de compartirlos con quienes más queremos. Y, recuerda, estás a tiempo de recibir tus vinos de Las Moradas favoritos directos de la bodega a tu mesa y, ¡sin gastos de envío!
